Atracones: ¿porqué no puedo parar?
- Publicado por Nutrendo
El trastorno por atracón es un tipo de trastorno de la conducta alimentaría que consiste en episodios recurrentes de ingesta compulsiva de alimentos (por lo general, poco saludables), en cantidad muy superior a la que la mayoría de la población comería, que la persona realiza en soledad, los cuales no responden a una sensación fisiológica de hambre, sino más bien a una sensación de ansiedad, malestar o inestabilidad emocional, siendo más frecuentes durante la tarde-noche..
Por lo general además en dichos episodios, se suele comer rápido, hasta sentirse desagradablemente lleno, y posteriormente a que se produzca, el sujeto se siente avergonzado, disgustado y deprimido.
A menudo se confunde con Bulimia, otro tipo de trastorno de la conducta alimentaria, pero a diferencia de esta, en el trastorno por atracón los pacientes no hacen nada para compensar esa sobreingesta, por ello a medio, largo plazo suele llevar al desarrollo de sobrepeso u obesidad.
Prevalencia
Este tipo de trastorno está presente, en un 30% de los pacientes que se encuentran en programas de pérdida de peso, y en un 2-5% de la población general.
La edad de inicio de síntomas suele ser entre los 23 y los 25 años, siendo más frecuente en mujeres.
De ahí la importancia de la correcta valoración inicial del profesional, pues si no se identifica, puede contribuir muy negativamente al éxito del tratamiento además de requerir un enfoque multidisciplinar desde el inicio de su diagnóstico.
CAUSAS
Se trata de una patología multifactorial, como en la mayoría de los trastornos de la conducta alimentaria, en la que intervienen desde factores genéticos, existe cierto patrón familiar, psicológicos como la ansiedad, la falta de autoestima, los problemas de gestión del estrés, la dificultad en las relaciones interpersonales, etc.… así como causas familiares, abusos durante la infancia, conflictos en el seno familiar...
Sin desdeñar a su vez, los factores sociales tales como la presión sobre poseer el cuerpo perfecto, entre otros.
OTROS FACTORES DESECANDENANTES
Dietas Restrictivas:
El seguimiento prolongado de dietas muy restrictivas, en las que tenemos que estar constantemente prohibiendo el comer determinados alimentos, nos lleva a aumentar el deseo sobre esas comidas, devorándose o ingiriéndolas en secreto y con un sentimiento de placer en ese instante, pero una posterior culpa y vergüenza por no haber seguido la regla que nos hemos auto impuesto.
Ultra procesados y azúcar como antidepresivo:
El sentimiento que despierta el comer este tipo de alimentos es el de aliviar nuestro estado de estrés, ansiedad… El cerebro activa un sistema de recompensa liberando serotonina y dopamina. Estas sustancias producen un efecto de placer inmediato, incrementando la necesidad de seguir consumiendo estos alimentos.
Los picos de glucosa que nos producen los azúcares simples, y la inhibición de la sensación de saciedad, también nos crean una dependencia de estos productos que nos lleva a un círculo vicioso que se retroalimenta y del que resulta muy difícil de salir.
Microbiota y hormonas:
Las disbiosis intestinales y los desequilibrios de microbiota producen mayor apetencia de productos azucarados además de aumentar sensaciones como la tristeza y ansiedad que nos pueden llevar a cuadros depresivos.
Los desequilibrios de progesterona y estrógenos incrementan la glucosa en sangre enviando al cuerpo señales de necesidad de comer.
TRATAMIENTO
Siempre se precisa de un tratamiento multidisciplinar, llevado a cabo por un equipo de expertos en este tipo de patología, médico, nutricionista, psicólogo y psiquiatra.
Que por supuesto ha de individualizarse en cada paciente en función de la valoración médica inicial.
El tratamiento tiene varías vertientes, la psicológica, la nutricional y la farmacológica.
En la psicológica es muy importante proporcionar herramientas para la gestión de la ansiedad, y el estrés, en la parte nutricional, ayudar en la identificación de patrones de alimentación y de actividad física poco saludables.
Así mismo, puede ser necesaria, la prescripción de medicamentos para disminuir esa impulsividad y que estabilicen el ánimo como Inhibidores de la recaptación de serotonina, entre otros.
El desarrollo de actividad física, es muy beneficioso, como modulador de la ansiedad, ya que tras el mismo, liberamos endorfinas que nos relajan y nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo, ayudando a tener una vía alternativa en la gestión de la ansiedad y el estrés distinta a la comida.
Si te sientes identificado con alguna de estas situaciones, y piensas que puedes padecer esta patología, ponte en manos de profesionales expertos, que te ayudarán a conseguir superarlo.
En Nutrendo contamos con un equipo formado por una psicóloga experta en trastornos de la conducta alimentaria, una psiquiatra, y un equipo de médico y nutricionistas que te diseñarán un plan dietético personalizado y llevarán a cabo un seguimiento basado en el coaching nutricional con el cual conseguirás superar esta situación.
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